martes, 17 de julio de 2012

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Un centenar de personas deja la antigua Can entre prejubilaciones y bajas

En toda Banca Cívica, hay unas 850 salidas voluntarias y los sindicatos temen medio millar de afectados por ERTE
  • Fachada de la sede central de Caja Navarra, en Pamplona.
Habrá suspensiones de contrato forzosas en Banca Cívica. Y serán muy numerosas. Los sindicatos de la entidad financiera (conformada por Caja Navarra, Cajasol, Caja Canarias y Caja Burgos) calculan que casi 600 trabajadores verán suspendidos sus contratos durante un año de manera forzosa, al no haberse superado las 850 bajas voluntarias entre prejubilaciones, salidas incentivadas y bajas temporales. La entidad esperaba reducir su plantilla en unos 1.500 trabajadores antes de ser absorbida por CaixaBank.
PAMPLONA. En concreto, 74 trabajadores de la antigua Caja Navarra han decidido acogerse a las prejubilaciones, lo que supone un 95% de aceptación, al haber renunciado apenas dos trabajadores. Se podían acoger a esta medida aquellos trabajadores que tengan cumplidos los 54 años el 31 de diciembre de 2012. Estos empleados percibirán el 75% de su retribución anual hasta los 63 años, por lo que el coste medio de las prejubilaciones -para un salario de 60.000 euros al año- rondaría por tanto los 400.000 euros por trabajador.
Pero si esta medida sí que ha encontrado un amplio respaldo entre la plantilla, no ha sucedido lo mismo con las bajas incentivadas y las suspensiones de contrato voluntarias. A falta de los datos definitivos -el jueves está previsto un encuentro entre la dirección y el comité- apenas una treintena de personas de la antigua Caja Navarra habría solicitado el finiquito, que se abonaba a razón de 45 días por año trabajado y con un tope de 42 mensualidades y 300.000 euros. Esta medida sí que ha encontrado superior aceptación en entidades como Caja Canarias (con 82 bajas), Cajasol (la que mayor excedente de personal tiene) o incluso Caja Burgos. "Quizá en CaixaBank la gente intuye un mejor futuro y prefiere esperar a ver qué pasa. Si nos llegamos a unir a Bankia habría cola para salir", explicaban ayer desde el comité de empresa. El excedente de personal calculado para Caja Navarra ronda los 150 trabajadores, por lo que faltarían en torno a 50 bajas por concretarse, casi todas en los servicios centrales.
LAS PRESIONES
Los sindicatos mostraban ayer asimismo su malestar por el modo en que se han empleado los responsables de recursos humanos para cubrir el cupo de salidas voluntarias de la empresa, en torno al millar entre las cuatro entidades. "Ha habido numerosas llamadas y presiones", explicaban las mismas fuentes, que llegaron a hablar de "intimidación" y que quedan a la espera de que la empresa explique "con qué criterios" piensa abordar las bajas temporales forzosas. Estas suponen, mediante un ERE, la salida durante uno o dos años de los trabajadores, a los que se complementaria el 25% del salario y que se verían abocados en gran medida a cobrar la prestación por desempleo. Una vez transcurrido este tiempo, se incorporarían al centro del que proceden si existiese una vacante. En caso contrario deberían hacerlo allí donde hubiese plaza. Lo más probable es que, como consecuencia de las prejubilaciones que por su parte debe afrontar CaixaBank, la mayor parte de las vacantes se abran en Cataluña y Baleares.
Todo este proceso debe completarse en los próximos días, toda vez que se ha fijado el 3 de agosto como la fecha para la absorción definitiva e integración legal de la entidad. En las próximas semanas se abordará asimismo el cambio de imagen de las oficinas, de las que se suprimirá cualquier referencia a Banca Cívica. Mantendrán el nombre de cada caja en su territorio de origen (Caja Navarra en el caso de la Comunidad Foral) y se añadirá alguna referencia a la entidad catalana.
LAS OFICINAS
Una vez que se concreten las salidas y se aligere la plantilla, se irá procediendo a la reordenación de las oficinas. Es probable que en numerosas localidades en las que hasta el momento convivían Caja Navarra y la Caixa se queden solo con una oficina. Pamplona acogerá una de las doce direcciones territoriales con las que contará CaixaBank y estará ubicada en Carlos III. Además de Navarra, abarcará La Rioja y Aragón y tendrá a Raúl Marqueta como su primer directivo. Joaquín Arbeloa será el responsable del negocio en Navarra.

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