DEJÓ SOS CUÉTARA TRAS EL FRAUDE DE LOS SALAZAR
El expresidente de Cajasol, Antonio Pulido (Efe).
Antonio Pulido tiene mono de consejo de administración. El expresidente de Cajasol arde en deseos de recuperar algunos de los sillones que ocupó cuando presidía la caja de ahorro sevillana. De momento, diluido dentro de la estructura de La Caixa tras la absorción de Banca Cívica (Cajasol, Caja Navarra, Caja Burgos y Caja Canarias), el catedrático ha conseguido salvar un puesto en el consejo de la caja catalana, además de un cargo ejecutivo en Criteria, donde el presidente del grupo financiero catalán Isidro Fainé le ha encomendado la dirección general del área inmobiliaria.
Insatisfecho con su nuevo rol, Pulido ha conseguido movilizar el aparato de La Caixa para ser designado de nuevo como consejero de Deoleo, según han confirmado a este diario fuentes oficiales. De esta manera, el copresidente de Banca Cívica volvería al seno del grupo de alimentación andaluz, primer productor nacional de aceite, del que ya formó parte cuando era conocido como Sos Cuétara, época en la que estaba bajo el control y la dirección de los hermanos Salazar, donde la antigua Cajasol poseía un 5% del capital, junto a otras entidades andaluzas como Cajasur o Caja Granada.
El interés de Pulido por regresar a Deóleo ha sorprendido al consejo de administración. No en vano, el expresidente de Cajasol dejó por voluntad propia el máximo órgano de gobierno de Sos Cuétara al poco de descubrirse las irregularidades cometidas por los Salazar durante su gestión en la compañía, hasta el punto de concederse un crédito de manera encubierta de más de 200 millones de euros. Entonces, Pulido cedió su puesto al director general Juan Salido, que a los cuatro meses lo cedió a Lázaro Cepas, secretario general del consejo de Cajasol y nuevo primer ejecutivo.
El movimiento defensivo de hace más de dos años, posiblemente para tratar de blindarse ante cualquier posible responsabilidad jurídica, como también hizo poco después el presidente de Caja Granada, ha desaparecido tras la normalización en el gobierno corporativo de Deóleo con la entrada de Ebro Foods en el accionariado y la gestión de la compañía. Por este motivo, el deseo de regresar por parte de Pulido ha generado cierto malestar en el seno del grupo aceitero, de cuyo consejo de administración tendría que producirse además alguna baja para que pudiera encontrar acomodo.
En la actualidad, el consejo de administración está compuesto por un presidente, Óscar Fanjul; dos vicepresidentes, Luis González y Manuel Atencia; un consejero delegado, Jaimé Carbó; y once consejeros, de los que tres pertenecen a Bankia como herencia de la participación del 10% de Caja Madrid. En el caso de las cajas de ahorro andaluzas, Cajasol y Caja Granada cuentan también con tres consejeros gracias a su sindicación, por la cual cada entidad se reparte un puesto y comparte otro de manera alterna, mientras que otros accionistas como Cajasur y Unicaja tienen sus propios representantes.
En caso de lograr su propósito, la llegada de Pulido provocará la salida de Lázaro Cepas (exdirector general de Cajasol) o de Marcos Contreras (vicepresidente de Cajasol), que al contrario que su antiguo jefe no se han incorporado a la nueva estructura de La Caixa. Otro candidato para desembarcar en Deoleo debería ser el propio Enrique Goñi, el otro expresidente de Banca Cívica, que ahora ejerce de director general de Criteria para su cartera de participadas. Además, están en juego 200.000 euros, retribución media que se repartió el consejo de administración el año pasado.